En un terreno confinado entre dos edificaciones colindantes, que mide 9.50 de ancho x 15 metros de fondo, se proyectó una oficina de tres anillos abiertos (tres pisos), que rodean un jardín central. La protagonista del jardín central es una palmera de 10 metros de altura, que atraviesa en la vertical todo el espacio de oficinas y su base está sembrada de helechos.
Construida con materiales domésticos y simples, el exterior acentúa la simplicidad y pureza de los materiales a través de una alternancia Colorida y linear de los elementos constructivos: bloques de concreto y ladrillos. La yuxtaposición horizontal del gris del bloque y el terracota de los ladrillos enfatiza la fachada.
En el interior, la frialdad del metal se atenúa con la presencia cálida del concreto, creando un interesante contraste en armonía con la organización espacial de la oficina. Una estructura de vidrio traslúcido montada encima del jardín central, ilumina toda la oficina con una luz sutil que percibe los cambios que se producen sin cesar en los cielos tropicales, producidos por el paso infatigable de blancas nubes que cubren y se desplazan en el cielo. Esta misma estructura, permite la entrada de brisas, que ventilan y refrescan la oficina. La brisa mueve las hojas de la palmera. El acceso y circulación a los niveles superiores es posible a través de la escalera, localizada en un extremo del anillo; los baños están localizados en el extremo opuesto.