Este edificio de oficinas se ubica en un barrio residencial que inicia su transformación hacia un uso mixto.
El lote es pequeño y estrecho como la mayoría de los que existen en ese barrio, lo que permite preveer que en un futuro la transformación urbana se dará con cobertura y altura similares y alineamiento con calle.
El lote está orientado hacia el oeste y con la calle presenta un descuadre significativo. Mediante las marquesinas se resuelve este descuadre y el edificio se alinea con la calle. Las ventanas del oeste también se alinean, pero de diferente forma.
Las franjas horizontales de ladrillo perforado aseguran una ventilación cruzada para el buen confort interior.
Por la abundante lluvia los techos necesitan pendientes fuertes, lo que deja en el interior de los edificios áreas adicionales y espacios amplios. En este edificio se aprovecho con un mezanine.
Para obtener una iluminación homogénea se diseñó un tragaluz central que permite la salida del aire que penetra por las fachada.
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